Suena el murmullo,
Suenan sirenas…
Entra el viento por mi ventana,
Y, sin embargo… me ahogo.
Oigo cerrarse una puerta
El sol cubre de oro las nubes
Es enorme y profundo el silencio…
… suspiro
en un vago intento
de llenarme por dentro.
¡Pero no!, mi aburrimiento me abate,
me desespera… no sé qué hacer
Me asomo a la ventana
Y el murmullo se acentúa.
A lo lejos, las campanas dan las seis,
Y Santiago permanece oscuro, sombrío
Parque otoñal de almas románticas.
A pesar del sol,
Que pasa lenta, muy lentamente
De naranja a rojo,
El viento sigue soplando;
Y yo suspiro, sola, en Santiago.
I. Arceo (1986)